Comentario de texto detallado de un poema de Pedro Salinas (Generación del 27). Se trata de que los alumnos que elijan estudiar Bachillerato se hagan una ligera idea del desarrolllo de un comentario literario.
He elegido este poema porque, como ya sabéis, Pedro Salinas tiene un estilo sencillo, y además, es el poeta del amor (algo que nos hace mucha falta en este mundo cruel en el que proliferan las guerras de uno u otro tipo).
Al final del ejercicio que se propone aparece un archivo con un poema de Pedro Salinas que debes leer previamente.
COMENTARIO DEL TEXTO
LOCALIZACIÓN DEL TEXTO:
El autor de este poema es Pedro Salinas, que pertenece a la Generación del 27. Dentro de su obra, este texto se enmarca en el libro La voz a ti debida, que a su vez se sitúa en la segunda etapa poética del autor, etapa en la que ya ha alcanzado la plenitud poética en la búsqueda de la desnudez lírica. Con su poesía Salinas recrea, mediante la palabra, realidades amorosas objetivas, lejanas a las ensoñaciones y al amor imposible.
ANÁLISIS DEL CONTENIDO
Argumento: el poeta exclama su alegría de vivir porque se siente vivido en otro ser, es decir, se siente amado. Va enumerando las cosas que puede hacer, no personalmente, sino a través del cuerpo y la mente del ser amado. El poeta vive la vida por medio de los actos de su amada y consigue así transformarse y experimentar cosas nuevas. Su vida, pues, ya no será suya (“ignorancia de lo que son mis actos”), y ella vive doblemente (vv.22, 23, 24).
Con esta enumeración de actos sentidos a través de ella, llega a hablarnos de la muerte, o mejor, de la “no muerte” que el amor hace posible, puesto que el ser amado puede seguir viviendo por nosotros.
Tema: el amor verdadero, auténtico, profundo, es capaz de producir una simbiosis total entre los amantes.
Estructura: el texto se divide en dos partes claramente diferenciadas:
La primera (vv. 1 - 21) viene constatada por la alegría que siente el poeta.
Esta primera parte está compuesta por cinco apartados:
“vivir sintiéndose vivido” (1-2)
“rendirse a la gran certidumbre” (3-6)
“Que cuando los espejos” (7-16)
“Que hay otro ser...” (17-18)
“Que hay otra voz...” (19-21)
Estos hechos son la causa de la alegría, del gozo vital.
La segunda parte (vv. 22 – 39) es consecuencia de la anterior: el estado afectivo que el poeta comunica viene subrayado por tres momentos:
la vida (v. 22)
el futuro (v. 25)
la muerte (v. 35)
ANÁLISIS DE LA EXPRESIÓN
Nivel fónico:
En cuanto a la métrica, los versos no siguen una regularidad: son de distintas medidas, alternándose los de arte mayor con los de arte menor. Tampoco hay rima, por lo que hay que hablar de versos libres.
Por otra parte, llama la atención la utilización de encabalgamientos, en su mayoría abruptos (vv.3-4, 11-12, 22-23, 34-35...), que dotan al poema de una musicalidad sin limitaciones métricas, dando lugar a una lectura más prosaica que poética.
Predominan las aliteraciones (sonidos que se repiten) de los fonemas /v/, /i/, /r/, /s/, que, junto con los encabalgamientos y frases cortas, contribuyen a crear ondulaciones rítmi-cas.
Nivel morfosintáctico:
Ya hemos señalado arriba el uso de frases cortas que condensan la expresión.
Es notorio también el uso de verbos reflexivos y pronominales (rendirse, sintiéndose, negándome, acordarse, morirse), que intensifican el significado circular y posesivo del sentimiento amoroso.
El poeta se decanta por el uso de sustantivos más que por el de adjetivos; esto se debe a que la poesía de Salinas no sólo es bastante intelectual, sino que , además, se aleja to-talmente de una estética modernista en la que el adjetivo es un elemento fundamental.
Destaca la abundancia de pronombres, sobre todo los personales de 1ª (yo) y de 3ª per-sona (ella), y los posesivos (mío, tuyo), que cumplen en el poema dos funciones: una, la de identificar el estado posesivo del sentimiento amoroso, y otra, la de poner de relieve el diálogo que se mantiene entre los dos amantes. Algunos críticos han señalado que , con este uso de los pronombres, Salinas alcanza la intimidad más esencial, ya que la relación del yo-tú ( hay que recordar aquí el verso “Qué alegría vivir en los pronom-bres” del poema Para vivir ), le permite ir encontrando su propio yo, pero siempre de-ntro de ella.
El poema se abre con un “Qué” exclamativo: no sirve de nexo, pero sí señala su vincu-lación con el resto de oraciones que comienzan con un “Que” de valor ilativo.
Se trata, pues, de una anáfora, y además, hay paralelismos entre los versos17-18 y
19-20, así como en el verso 26 y en el 28. En otras ocasiones, como en los versos 25, 34 y 38, el poeta empieza la oración con otra conjunción (y), que aquí no tiene valor copulativo, sino ilativo ( establece una vinculación con lo anterior).
El autor recurre también a la enumeración ( vv. 12, 16 ) y repite mucho una estructura en la que, mediante comas, va sumando sintagmas que le ayudan a explicarse mejor
( por ejemplo en los versos 5, 6, 9, 24, 35 ).
Por otra parte, el hipérbaton del verso 34 hace hincapié en la enajenación (totalmente voluntaria) que produce en el cuerpo el hecho de sentirse vivido a través del ser amado, y la oración termina en el verso 35 con una enumeración climática:
“...descansar, quieto, muerto ya.”
Nivel léxico-semántico:
Ya hemos señalado antes que el poema se abre con una exclamación, que además con-tiene una redundancia (“vivir sintiéndose vivido”). Le sigue la palabra “Rendirse” cons-tituyendo un solo verso: la función semántica que le corresponde a esta palabra indica la lucha previa que el yo poético mantiene antes de sentirse vivido. No aceptará el amante el sentirse vivido hasta que haya tenido la “gran certidumbre” de ese hecho; sólo así puede rendirse a ella. En el mismo verso el poeta añade “oscuramente” para subrayar la idea de que este hecho de sentirse vivido sólo se consigue de forma intuitiva, lejos de lo racional.
A partir del verso 7 el poeta muestra la exposición de los hechos que desencadenan su alegría de vivir desde un doble plano: connotaciones negativas y estáticas hasta el verso 12, y, a partir del verso 13, significados positivos y con movimiento. Entre estos versos hay claras oposiciones:
“Los espejos, los espías” (v. 7) / “la verdad trasvisible” (v. 13)
“aquí” (v. 9) / “allá lejos” (v.15)
“negándome al amor
de la luz, de la flor y de los nombres” / “estoy besando flores, luces, hablo.” (v. 16)
(vv. 11-12)
Además el poema contiene otras antítesis aparentes que se explican por la naturaleza del tema:
“camino sin mis pasos” (vv. 13-14)
“La vida(...) doble, suya y mía” (vv. 21, 22 y 24)
“cielo oscuro” / “paisaje blanco” (v. 26)
(En los versos siguientes el poeta hablará de estrellas y nieve)
“de haber tocado lo que no toqué” (v. 31)
“... Y que me vive
otro ser por detrás de la no muerte” (vv. 38-39)
Encontramos también varias metáforas:
“los espejos, los espías” = “azogues, almas cortas”
Los espejos reflejan la realidad más aparente y superficial, son incapaces de ver más allá. Asimismo, se puede señalar aquí la paronomasia entre las palabras “espejos” y “espías”.
Otra metáfora sería:
“estoy besando flores, luces, hablo.”
Para Salinas la comunicación es amor, pero no sólo se logra con la palabra (“hablo”), sino también con el contacto físico (flores = olor, tacto) y mediante la mirada (= luz).
Las estrellas y la nieve de los versos 28 y 29 también pueden tener valores metafóricos, o, en cualquier caso, connotaciones positivas.
En los versos 19 y 20 el poeta utiliza una metonimia, puesto que se refiere al hecho de expresarse con la palabra “voz”, además de que personifica al “silencio” al decir de éste que no sospecha las cosas dichas por el autor.
En general, todo el poema presenta un estilo sencillo, un tanto reiterativo por el afán del poeta de explicar totalmente la sensación de sentirse vivido en la persona amada.
El vocabulario que predomina es más abstracto que concreto.
Por último, señalaremos una característica propia de Salinas: la ausencia de antropóni-mos concretos, es decir, nombres de persona, y la utilización del pronombre “ella” para referirse a la amada. De esta forma parece que el poeta quisiera que la acción se centra-se sobre la naturaleza del amor y no sobre sus protagonistas.
CONCLUSIÓN Y VALORACIÓN
El poema comentado encaja perfectamente en el eje central de la obra de Pedro Salinas: el amor como sentido de vida y plenitud del ser humano. No en vano se le ha llamado el poeta del amor, pues sabe reflejar como nadie los anhelos y sentimientos del que ama.
Con su estilo habitual, Salinas nos va explicando la renovación que experimenta al sen-tirse vivido en el ser amado (símbolo de total unión, fusión entre los amantes), hasta el punto de que, entre amor y muerte, piensa que, gracias al amor, el hombre puede sobre-vivir.
Nada para este mes
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